jueves, 9 de mayo de 2013

A quien corresponda:

Hagamos un trato. Besémonos, y seamos felices para siempre. “Felices para siempre” comprende un tiempo indeterminado que iría desde que nos damos el beso hasta que a uno se le cague la cabeza (o a los dos). Hasta que se destruya la confiaza, los celos no se justifiquen, discutamos más de lo que nos estemos besando. Hasta que haya un espacio frio entre ambos en la cama, en la calle, un frio entre nuestras manos y nos demos abrazos vacíos. Este tiempo indeterminado, que vaya desde nuestro beso hasta querer atropellarnos con un tractor, puede ser de un día, una semana, un par de años. Si querés, podés y aguantamos, toda la vida. Hagamos un trato. Vos dejas tu compu y yo la mia. Cortamos horas interminables de chat, de “vistos” si rta., de mirarte y saludarte como si no te conociera. Si probablemente no estemos toda la vida juntos y esto dure sólo un tiempo. Mejor destrocemos mi cama (y la tuya). Que nos envidien por la calle, vamos a besarnos en todos los lugares posibles así cuando ya no estemos juntos se nos estrujen las tripas cuando pasemos por esos lugares. Hagamos un trato. Ayudame a no pelear más por política en las redes sociales y a escribir más cartas de amor. Hace mucho no escribo una y me está empezando a parecer que me gustaría que vos fueras el motivo. Si nos va mal, si no funciona, si dura menos de una semana, que podemos perder? Nos quedaran miles de besos, cientos de horas de sexo y alguien a quien extrañar en una noche de frio para poder echarle la culpade todo el chocolate que a un ser humano pueda entrarle en las venas. Prefiero ser tu “ex” toda la vida que haber sido el miedo a intentarlo. Hagamos un trato, un puente, caminemos juntos por el camino amarillo, sigamos al conejo blanco, volemos a la derecha de la segunda estrella hasta el amanecer. Saluda atte. Yo.

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